Diagnóstico

Debido a que no existe un test de laboratorio que sea específico para efectuar un diagnóstico, éste puede resultar dificultoso para el médico, especialmente en los primeros estadíos de la enfermedad.

En base a los antecedentes, el examen neurológico y estudios de laboratorio, el neurólogo deberá demostrar la existencia de daño en distintas áreas del Sistema Nervioso Central, lo cual es un hecho característico de la EM.

Sin embargo, otros procesos de tipo infeccioso, inflamatorio, metabólico o vascular pueden simular un cuadro parecido al de la EM y el médico deberá tenerlos en cuenta dentro del diagnóstico diferencial.

A lo largo de los años se han diseñado criterios diagnósticos para la EM con el fin de hacerlo con más precisión y certeza. Con los avances tecnológicos, distintos estudios de laboratorio fueron incorporándose en los criterios diagnósticos mejorando las posibilidades de documentar la enfermedad.

En la actualidad, los potenciales evocados, el análisis del líquido cefalorraquídeo y en especial, la resonancia magnética son los estudios complementarios que brindan mayor utilidad.

Recientemente, un panel internacional de expertos ha actualizado estos criterios, recomendando, entre otras cosas, que el diagnóstico de la EM fuera realizado preferentemente por un profesional familiarizado con la enfermedad y que pueda interpretar adecuadamente los estudios complementarios.